Jamoncitos de pollo

Los jamoncitos de pollo son la parte inferior de la pata del pollo, también conocidos como muslos de pollo. Son una pieza de carne popular, versátil y sabrosa.

Estos jamoncitos de pollo contienen únicamente muslo de pollo.

Por cada 100 gramos, los jamoncitos de pollo aportan 121 calorías, 5.4 gramos de grasa (de los cuales 1.8 gramos son grasas saturadas), 18.0 gramos de proteína, 0.0 gramos de carbohidratos y 0.0 gramos de azúcar. Contienen 0.29 gramos de sal.

Debes conservar los jamoncitos de pollo a una temperatura entre 0ºC y 4ºC. Una vez abierto el envase, se recomienda consumirlos en un plazo de 24 horas. El producto está envasado en atmósfera protectora para mantener su calidad.

Envasar en atmósfera protectora significa que el aire dentro del envase ha sido reemplazado por una mezcla de gases, generalmente nitrógeno y dióxido de carbono, para prolongar la vida útil del producto y mantener su frescura.

Los jamoncitos de pollo son muy versátiles y se pueden preparar de muchas maneras. Se pueden hornear, freír, asar a la parrilla, guisar o utilizar en estofados. También se pueden marinar para darles más sabor.

Es importante revisar la información del empaque para verificar si hay advertencias sobre alérgenos específicos. Si tienes alergias alimentarias, siempre es recomendable contactar al fabricante para obtener información más detallada.

Sí, puedes congelar los jamoncitos de pollo para prolongar su vida útil. Asegúrate de envolverlos adecuadamente en papel film o en un recipiente hermético para evitar quemaduras por congelación.

La forma más segura de descongelar los jamoncitos de pollo es en el refrigerador. También puedes descongelarlos en el microondas utilizando la función de descongelación, pero debes cocinarlos inmediatamente después.